Esta proteína podría ser la clave para predecir la muerte de origen cardiovascular
Un nuevo estudio realizado por investigadores españoles ha establecido una relación entre los niveles elevados de la proteína esclerostina con algunos eventos cardiovasculares con y sin diabetes mellitus
tipo 2.
La esclerostina es uno de los principales reguladores de la vía de señalización Wnt/β-catenina canónica y actúa principalmente como un inhibidor de formación ósea. Sin embargo, cada día hay más evidencias sobre
las funciones extraesqueléticas de la esclerostina, incluidos los trastornos vasculares.
Para la investigación se estudiaron 130 participantes con una edad media de 58,8 años y un porcentaje similar de hombres y mujeres. 75 participantes tenían DM2, mientras que 55 no eran diabéticos. Asimismo, los
participantes se clasificaron en dos grupos, según presentaran o no ECV.
La medición de los niveles séricos de esclerostina en la práctica clínica podría ser una estrategia novedosa para establecer intervenciones clínicas tempranas en pacientes con alto riesgo cardiovascular
Se realizó un seguimiento exhaustivo de todos los pacientes. De este modo, se determinó la aparición de nuevos eventos cardiovasculares y muerte. El estudio concluyó que niveles altos de esclerostina circulante
estaban relacionados con la mortalidad debida a causas cardiovasculares en pacientes con y sin DM2.
Este descubrimiento podría proporcionar información relevante para la
predicción del riesgo de
eventos en pacientes con ECV y la mortalidad asociada. A la vez, la medición de los
niveles séricos de esclerostina en la práctica clínica podría ser una
estrategia novedosa para establecer intervenciones clínicas tempranas en
pacientes con alto riesgo cardiovascular.
Sin embargo, tal y como afirman los investigadores “se necesitan más estudios para confirmar estos resultados y para corroborar el papel de la esclerostina como un biomarcador potencial”.
La enfermedad cardiovascular (ECV) es actualmente una de las principales causas de muerte en todo el mundo, siendo la causa del 42% de las muertes en mujeres y el 38% en hombres menores de 75 años, en Europa.