La medicina predictiva es un campo del sector de la salud que permite a médicos y
pacientes anticiparse a la enfermedad. Saber cómo va a evolucionar un órgano con el tiempo o
conocer cómo responde nuestro cuerpo ante la medicación facilita la prevención de la enfermedad,
así como mejora la adherencia al tratamiento.
Un grupo de investigación del
King’s College de Londres ha desarrollado un modelo matemático que permite
construir corazones sintéticos con el objetivo de identificar cómo la forma del corazón puede estar
relacionada con la enfermedad cardíaca. Mediante el uso de imágenes de tomografía computarizada
(radiografías hechas desde diferentes ángulos para crear imágenes transversales de los huesos,
vasos sanguíneos o tejidos blandos), han creado réplicas 3D de corazones de adultos sanos y han
analizado la relación entre su forma y su función.
Investigadores del King’s College de Londres han desarrollado un método matemático que permite analizar cómo la forma cardíaca se relaciona con la función
El estudio y sus resultados
El estudio realizado por los investigadores del King’s College se basa en la selección
de 20 corazones sanos, a partir de los cuales se ajustaron las diferencias para crear un
corazón sano promedio. Posteriormente, se realizaron diversas deformaciones para
conseguir 1.000 corazones completos 3D nuevos y sintéticos. Estas desviaciones han permitido crear
corazones más anormales o extremos, respetando el rango de variación observado en la cohorte, para
estudiar su funcionamiento.
Según Cristóbal Rodero, investigador principal del grupo, conocer las diferencias
existentes entre los ejemplares permite estudiar cómo afecta la forma a la función cardíaca.
Combinado con el uso de la simulación computacional, es una herramienta ideal para ejecutar
escenarios electromecánicos y estudiar ciertas características de forma virtual. De hecho, ya han
determinado ciertos rasgos o cambios anatómicos en la forma del corazón que pueden tener un impacto
en la función del mismo, como una pared más gruesa de lo normal o un corazón demasiado pequeño.
El propio investigador confiesa que la investigación puede marcar una diferencia en el
estudio de las enfermedades cardíacas. Se prevé que esta herramienta pueda utilizarse como un
diagnóstico temprano en un futuro, donde las réplicas computacionales serán esenciales para el
manejo de enfermedades cardiovasculares.