En los ensayos clínicos sobre mieloma múltiple (MM), la evaluación de la enfermedad mínima residual (EMR) se utiliza cada vez con mayor frecuencia, tanto para evaluar la respuesta al tratamiento como para predecir la
duración aproximada de dicha respuesta. Sin embargo, la evidencia sobre la utilidad de la EMR para decidir cambios en el tratamiento en práctica clínica es todavía limitada.
Mediante una revisión retrospectiva de datos de vida real, especialistas españoles y estadounidenses han analizado la influencia de la toma de decisiones clínicas relacionadas con el tratamiento en base a la EMR sobre
los resultados de pacientes con MM. El trabajo se presentó en el último congreso
anual de la American Society of Hematology (ASH),
celebrado de forma virtual del 5 al 8 de diciembre de 2020.
En total, el estudio recopiló datos de 373 pacientes de tres centros distintos a los que, como mínimo, se había realizado una evaluación de la EMR, bien por citometría de flujo, bien mediante secuenciación de nueva
generación.
Un trabajo con datos de vida real revela que los cambios en el tratamiento en función de la enfermedad mínima residual se asocian con una mejora de la supervivencia libre de progresión
En 58 pacientes (16%) se tomó la decisión de modificar la pauta de tratamiento en función de la EMR. En los que presentaron EMR negativa se optó por parar o reducir el tratamiento. En los pacientes con EMR positiva se
decidió o bien intensificar el tratamiento o bien iniciar una nueva línea de tratamiento. La mayoría de las decisiones se implementaron durante la fase de mantenimiento tras un trasplante.
Los resultados revelan que, de los 58 pacientes, más de la mitad (33) permanecieron con EMR negativa o la acabaron alcanzando tras el cambio en el tratamiento. Además, los pacientes a los que se decidió modificar la
pauta de tratamiento en base a la EMR presentaron una mediana de supervivencia libre de progresión (SLP) significativamente superior (97 meses) en comparación con los que no tuvieron cambios en el tratamiento (75 meses).
El trabajo también ofrece nueva evidencia de que alcanzar la negativización de la EMR se asocia con una SLP mediana más prolongada (97 meses) en relación con los pacientes que no la alcanzan (57 meses).
En conjunto, los autores concluyen que estos datos apoyan la integración de la medición de la EMR en el manejo de los pacientes con MM y en la toma de decisiones clínicas sobre cambios en el tratamiento, puesto que puede
contribuir a mejorar sus resultados.
Referencia
Martínez López J, Alonso Fernández R, Wong S-W, et al. Making Clinical Decisions to Change Therapy Using Measurable Residual Disease Improves the Outcome in Multiple Myeloma.
Blood 2020; 136 (Supplement 1): 42–43.
doi:10.1182/blood-2020-140352
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